por Mauro Barboza El Doctor Gómez metió su gordo dedo dentro del cuello de la camisa, lo estiró y se quitó la corbata, aunque no sintió ningún alivio. Consultó su reloj. Eran las tres de la tarde, tenía una hora antes de tomar el ómnibus que lo transportaría de nuevo a la capital. Aquel juicio … Sigue leyendo El abogado
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