Basta levantar la vista, para observar, no con poco asombro,
cuatro figuras femeninas prácticamente desnudas,
cubiertas sugerentemente con pequeñas toallas.
Las mismas se encuentran en el último piso
del centenario edificio situado en Gral. Flores y Domingo Aramburú,
donde desde 1928 funciona el Hotel Aramburú.
Poco se sabe de quien lo proyectó y esculpió esas figuras, lo que, teniendo en cuenta la fecha en que fue construido y la temática, hace pensar que habría generado algún tipo de revuelo en la sociedad de la época.

Lo que si resulta conocido es que en esa esquina funcionó hasta hace poco, el legendario Café Vaccaro, que en 1900 comenzó como almacén, despacho de bebidas y desde 1928 como edificio de café, restaurant y posteriormente salón de fiestas y hotel.
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Según reseña el escritor Juan Antonio Varese, “por fines del siglo XIX fue cuando Giacomo Vaccaro, un inmigrante italiano conocido como Yirumín, empezó a trabajar la tierra en la quinta de Doña Dolores La Loca, una extensa chacra que se extendía desde el camino de Goes hasta el barrio Kruger. Hacia 1900, tras el fallecimiento de la propietaria, el italiano compró a los herederos una franja desde el camino Goes hasta la calle José L. Terra, donde construyó un modesto edificio con dos entradas: por una un pequeño almacén que atendía personalmente y por otra un despacho de bebidas que dejó a cargo de sus hijos.
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Años después, el negocio terminó por unificarse bajo el nombre de Café Vaccaro…El proceso culminó en 1928, en pleno auge, cuando los hijos hicieron construir el edificio actual, de señera prestancia y moderno diseño, orgullo del barrio”.
A la fecha, la construcción se encuentra en buen estado de conservación, pero, a pesar de sus peculiares damas, continúa pasando desapercibida a los transeúntes que a diario circulan por la avenida.














Es el más viejo de los hoteles que se encuentra n en MVD.