por Karina Ruiz Díaz
El 11 de febrero de 1955,
con el nombre de Ing. Agr. Germán Barbato,
se inauguraba el Planetario de Montevideo,
el primero de Iberoamérica.
Situado en el predio del Zoológico Municipal,
ha sido una constante en la vida de los uruguayos,
que niños o adultos,
alguna vez sentados en esa sala en penumbra,
se dejaron llevar por la magia de descubrir
algunos de los misterios de ese cielo
que desde los inicios de la humanidad,
nos ha cautivado.

Sesenta y ocho años después, el Planetario continúa funcionando y cada vez mejor, luego de grandes reformas que lo han puesto, una vez más, a la vanguardia a nivel mundial. Para conocer más de sobre los cambios y las actividades que hoy se desarrollan, aconteceres dialogó con su director, Oscar Méndez,
Méndez nos recibió en la sala donde se realiza la magia y nunca el término estuvo mejor empleado, pues gracias a las reformas realizadas, uno mira esa cúpula de 180º y se siente en el centro del universo.
“El proceso de trabajo para llegar a esto comenzó en mayo de 2017, cuando se aprobaron los recursos y a fin de año se realizó la última función con el viejo proyector, que seguimos conservando y aún funciona.

En 2018 se iniciaron las obras, restauración en mayor parte de la cubierta, se realizaron las modificaciones necesarias para albergar este nuevo sistema, porque se quitó la vieja pantalla y se puso una nueva, que tiene las mismas dimensiones que la anterior, pero tiene otra calidad de reflexión adecuada a los requisitos técnicos del sistema digital”.
Este nuevo sistema digital fue provisto e instalado por la empresa francesa RSA-Cosmos, la empresa responsable de los dos sistemas de proyección digital más modernos de Europa (en los planetarios de París y de Toulousse). Consta de seis proyectores láser, que proyectan sobre un domo Astro-Tec de 18,3 m de diámetro.
“El sistema de proyección tiene grandes posibilidades, te permite proyectar en el formato video cúpula completa, es una semiesfera. Es inmersivo pero también proyecta en video convencional.
Permite la simulación del universo, ver lo que se observaría, en este caso desde Montevideo a esta hora, pero se puede elegir la hora que uno desea ver hacia adelante o atrás. A modo de ejemplo, como se veía el cielo en marzo de 2004.
Se muestran planetas, su superficie, las posibilidades son infinitas.
También se readecuó el corredor técnico entre la pantalla y la cubierta externa, dos semi esferas que tiene dos metros de distancia entre sí, donde están los proyectores, acondicionamientos de aire, cableado, fibra óptica, etc. El proceso, que insumió algo menos de dos años, permitió reinaugurar el 21 de diciembre de 2019″.
El entusiasmo de Méndez al explicar las posibilidades que brinda esta nueva tecnología se contagia y la pregunta surge sola.

Por qué elegiste la astronomía?
Mis padres no tenían ningún vínculo con la astronomía. Estimulado por mi viejo, que era empleado de un frigorífico y mi madre que era peluquera, vivíamos en Belvedere y por la situación económica de mis padres, que no era para nada desahogada, tuvieron el truco de proponerme algo divertido y gratis, que era ir a a la azotea del edificio donde vivíamos, uno muy chiquito, donde poníamos una manta, armábamos un picnic y nos poníamos a jugar a distintas cosas con ellos y mi hermano.
El veo veo era una de ellas y otra buscar figuras en las estrellas en la noche. Y eso me hizo hacer preguntas, lo que desequilibró el presupuesto de mis padres, pues tuvieron que comprar libro para poder responderlas (risas). Eran ávidos lectores y se preocuparon en comprar libros para sus hijos de diversos temas.
Siempre me gustaron los temas científicos, en particular los vinculados al universo, ¿por qué las estrellas, como funciona, como surge la vida?.
A pesar de eso, yo comencé a estudiar Ingeniería y fue ahí donde me enteré que existía la Licenciatura en Astronomía, entonces, mientras cursaba segundo, cursé una materia de Astronomía. Me conquistaron y terminé abandonando Ingeniería.
Paralelamente comencé a dar clases de Astronomía en Secundaria. Unos años después me presenté a un llamado para becarios en el Observatorio Los Molinos y comencé a trabajar allí en unos proyectos de investigación en Dinámica y Astrofísica de Asteroides y Cometas.
A su vez estaba trabajando en la Intendencia por un concurso al que me había presentado en el área administrativa, pues precisaba trabajar. Tiempo después, se llamó a un concurso para docentes, me presenté, lo gané y en enero del 95 comencé a trabajar como docente en el Planetario, lo que hice hasta 2004.
En esa fecha se realizó un concurso para la dirección, al que nos presentamos varios compañeros de acá (del Planetario) y terminé ganándolo yo. En este tiempo he trabajando paralelamente en investigación, docencia y divulgación y fui seducido claramente por la divulgación.

Sigue estando la pasión?
El comunicar es muy seductor, si uno lo compara, por ejemplo, con investigación de asteroides y cometas, es interesantísima la investigación, pero, en el caso específico de la investigación con un sesgo observacional, era una labor muy solitaria, porque trabajás con muy pocas personas. El rédito emocional que tenés es cuando publicás algo o eventualmente cuando presentás algo en algún congreso.
En cambio, el rédito emocional que tiene el trabajo de divulgación, trabajar con chiquilines, a sala llena acá, es inmediato. Los gurises salen y te hablan, cuanto mas pequeños, más espontáneos son, son muy directos y si hacés las cosas bien, recibís una devolución de afecto que es un aliciente diario cuando trabajás.
Cuando agarré la dirección del Planetario, una de las cosas que me auto impuse fue no abandonar la labor docente. Si bien ya no soy docente a nivel de categoría funcional, sigo rotando con el resto de mis compañeros, me toca una rotación un fin de semana una vez por mes, trabajo en los cursos en la medida que puedo, hay veces que tengo que dar menos temas, porque la labor de gestión insume mucho.
Entonces, ese 30, 40% del tiempo de mi trabajo que me insume el trabajar directamente con las conferencias, las sesiones, las clases, en la producción previa, ahí sigue estando la pasión.

Qué es un planetario, que importancia tiene contar con uno?
Bueno, un planetario es en primer lugar, un centro de divulgación científica que utiliza la astronomía como pretexto, para que la gente se apropie de la ciencia como de otros aspectos de la cultura. Yo entiendo la ciencia como parte indisoluble de la cultura.
Cuando se habla de cultura, se tiende a pensar que cultura es artes escénicas, artes plásticas, performáticas, literatura y ven la ciencia como algo aparte. La ciencia, creo que es parte de la cultura en la que uno está inmerso, tan importante como es tener una idea de quienes son los músicos más destacados de Uruguay o una idea general de la historia universal o de la literatura, lo es tener una idea general de los grandes jalones de la ciencia, como funcionan ciertas cosas.
Eso no significa ser especialista, pero si tenemos que tener una idea, como ciudadanos, de cómo funcionan ciertas cosas en la ciencia. Como funciona por ejemplo, la ley de gravedad, como funcionan los átomos, por qué tenés ese color de ojos, qué es el ADN, que se piensa respecto al surgimiento de la vida, las grandes preguntas de la ciencia que hemos ido respondiendo y las que no hemos podido responder aún.
Eso es tan importante como cualquier otro aspecto de la cultura. Entonces, por un lado, diría que es un centro de divulgación científica donde se utiliza la astronomía como pretexto para que la gente se apropie de las grandes ideas de la ciencia, como se apropia de otros fenómenos de nuestra cultura, como el carnaval o el fútbol.
Por otra parte, cobra un papel muy importante, habida cuenta de la contaminación lumínica que hay en todas las ciudades del mundo. Hemos perdido el cielo, se ven muy pocas estrellas, aún las más brillantes, dependiendo de las condiciones atmosféricas, se ven con dificultad.
Al estar los planetarios en su mayoría inmersos en centros urbanos, cobran importancia porque nos muestran ese cielo que se puede ver si uno viaja a lugares alejados de la ciudad”.
A la fecha, en Planetario de Montevideo tiene diversas actividades, pero predominan dos líneas de trabajo. En términos de cantidad de público, la más importante es la dirigida a escuelas, liceos y otras instituciones educativas. De hecho en el momento de la entrevista, antes de Semana de Turismo, ya había unas 500 escuelas programadas para visitas, las que se realizan de martes a viernes, en seis funciones diarias, a veces más, dependiendo de la demanda.
Otra línea de trabajo es la dirigida al público general, los días viernes a domingo, con temática diversa, si bien lo que más atrae son las funciones en vivo, en las que se habla del cielo que se va a ver la noche de la actividad, lo que Méndez define como “la función de toda la vida del Planetario”.
Cabe destacar que el Planetario trabaja con sistema de reserva previa vía web, en forma gratuita. Para conocer la programación y agendarse, se puede visitar la página https://planetario.montevideo.gub.uy/














Excelente! Gran entrevista al director del Planetario!
Creo que no he vuelto allí desde que mi padre me llevaba con frecuencia allá por la década del 60…
Excelente, gracias
Muy buena entrevista. Dan ganas de volver a visitar el planetario.