Asamblea de la Cultura de Santa Lucía

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por Julio Brum

Santa Lucía,
una ciudad ubicada
en el departamento de Canelones, Uruguay,
no es solo un punto en el mapa:
sino un vibrante ecosistema cultural
enriquecido por un vasto desarrollo histórico urbano
que entrelaza su herencia fluvial,
arquitectónica y comunitaria.


Fundada en el siglo XVIII
a orillas del río Santa Lucía,
ésta localidad ha evolucionado
de un asentamiento rural
a un núcleo urbano dinámico,
donde la lucha de su comunidad
por la preservación de su entorno natural
–con sus ríos, humedales y paisajes verdes–
refuerza su estatus como patrimonio ambiental.


En este contexto,
la Asamblea de la Cultura de Santa Lucía
emerge como un colectivo ciudadano multi etario
que impulsa la cultura
como herramienta de cohesión social,
identidad local y desarrollo sostenible.
Pero, ¿ qué es exactamente esta asamblea
y cómo se integra en el tejido cultural de la ciudad?
Explorémoslo.

Un Ecosistema Cultural Enriquecido por la Historia y la Comunidad
Santa Lucía representa un modelo de sostenibilidad cultural y ambiental, donde el patrimonio no se limita a lo tangible –como la arquitectura de sus casas quinta, el Hotel Biltmore o la espectacular Quinta Capurro– sino que se extiende a lo inmaterial: prácticas, saberes y expresiones simbólicas que definen su identidad.

La ciudad, con su desarrollo histórico urbano marcado por la influencia fluvial, ha sido un crisol inmenso de intelectuales, artistas y líderes sociales a lo largo de las décadas. Figuras como Clemente Estable, pionero en neurobiología y pedagogo de talla internacional; Raúl Javiel Cabrera y Rodolfo Torres, referentes de la plástica nacional con proyección global; o la escuela de guitarra con más de 75 años de trayectoria, liderada por maestros como Leoncio Marichal, Alberto Ulián, Eduardo Barca, Leonardo y Enzo Bonizzi, han posicionado a Santa Lucía en el mapa cultural del país.

No menos importantes son las mujeres que han marcado la historia local: Ana Arocha, luchadora por los derechos de las trabajadoras rurales; Artemia Fuentes, docente innovadora; y Beatriz Branda junto a Andrea Hernández, defensoras de los derechos humanos y la equidad social. Estas personalidades no son meras anécdotas; encarnan el espíritu de una comunidad que valora el conocimiento, el arte y la justicia social.

En el ámbito de la participación social, Santa Lucía brilla por sus centros culturales, cooperativas, bibliotecas, comparsas y espacios autogestionados como La Casa de Juan, Casa Viva, el Espacio Cultural Carlos Alfredo Rodríguez Mercader, la radio comunitaria ESPIKA FM, el grupo de Teatro Pilares o el Danza tradicional Río Arriba, junto a centros juveniles y barriales , donde destaca el centro cultural Rodó o el municipal 1.

Estos lugares son vivo ejemplo junto a varias organizaciones publicas y privadas más, que promueven la convivencia, el arte y la cultura, fortaleciendo los lazos comunitarios. La concepción contemporánea del patrimonio reconoce esta vitalidad inmaterial, donde oficios, tradiciones y expresiones simbólicas configuran la esencia local.

El deporte también juega un rol clave en esta identidad. Clubes históricos como el Santa Lucía Fútbol Club, Wanderers Atlético Club, Club Náutico, Club de Bochas y el Club Ciclista Alas Rojas han forjado generaciones con valores de esfuerzo, trabajo en equipo y salud integral. Destaca la primera Escuela de Canotaje de Sudamérica, pionera en educación deportiva sobre aguas interiores, que ha inculcado resiliencia física y emocional en niños y jóvenes.

Este ecosistema –urbano, cultural y ambiental– justifica la urgencia de proteger Santa Lucía como patrimonio, no solo por su belleza natural, sino por su capacidad para fomentar arraigo y sostenibilidad en un mundo amenazado por el cambio climático y la fragmentación social.

La Asamblea de la Cultura, conformada por vecinos, artistas y activistas, actúa como catalizador en este ecosistema. No es solo una organizadora de eventos; es un pilar que fortalece el desarrollo comunitario mediante colaboraciones con el gobierno municipal, organizaciones sociales y actores culturales.

Sus tres propuestas principales –el Abrazo Cultural, la Ley de Santa Lucía como Ciudad Patrimonio Cultural y Ambiental, y el ciclo Notables de la Bella– encapsulan su visión de la cultura como motor de transformación.

El Abrazo Cultural: Un Evento Emblemático de Unidad
Este evento anual busca promover la integración cultural y la transformación social, utilizando el arte para construir sensibilidad y conciencia colectiva. En 2025, se realizaron dos ediciones: el Abrazo al Palacio Lacueva (25 de mayo) y el Abrazo a las Infancias (9 de noviembre) en Plaza Francia. Estas actividades generan espacios de encuentro, rescatan tradiciones y fomentan la participación activa, fortaleciendo la identidad local y la cohesión en un contexto polarizado.

La Ley de Santa Lucía como Ciudad Patrimonio Cultural y Ambiental
La Asamblea impulsa en el Parlamento nacional un proyecto de ley para declarar a Santa Lucía como patrimonio nacional. Este reconocimiento no es meramente declarativo: habilita políticas públicas interinstitucionales que articulen desarrollo local, protección ambiental, turismo cultural y participación ciudadana. En tiempos de cambio climático y pérdida de memoria, esta iniciativa apuesta por el arraigo y la sostenibilidad, revalorizando instituciones como pilares educativos y sociales, y transmitiendo la esencia societal a futuras generaciones.

El Ciclo Notables de la Bella: Homenajes a la Memoria Viva
Nombrado en honor a las figuras destacadas de la cultura y el quehacer comunitario, este ciclo rinde tributo a personas y colectivos que han contribuido al patrimonio de Santa Lucía. Organizado por la Asamblea, va más allá de los homenajes: fortalece el sentido de pertenencia, promueve la participación en actividades de memoria histórica y patrimonial, y celebra la diversidad de aportes, desde artistas hasta líderes sociales.


Hacia un Futuro Sostenible
La Asamblea de la Cultura de Santa Lucía no es solo una entidad; es un engranaje más de un ecosistema que integra historia urbana, patrimonio ambiental y vitalidad inmaterial. Es un motor de identidad y transformación social

A través de sus propuestas, transforma la cultura en un puente para la unidad, inspirando a otras comunidades uruguayas. En un mundo fragmentado, iniciativas como estas recuerdan que el verdadero patrimonio reside en la gente: sus saberes, deportes y expresiones colectivas.

Si Santa Lucía logra su estatus oficial como patrimonio, no solo preservará su legado, sino que impulsará un desarrollo inclusivo y resiliente para todos.

fotos: Lucio Martinez Garcés y Ruben Rodríguez

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